miércoles, 17 de abril de 2019

Mi Renacimiento en Italia.

Mi viaje continuaba, salí de Reykjavik para perderme en el underground de London y pasar uno de los momentos más estresantes de mi corta vida, para finalmente poder regresar a Italia.

Mi cuerpo y mi mente estaban sacudidos, me sentía vulnerable de muchas maneras, el frío había jugado un papel importantísimo en mi estado de animo y a pesar de que en toda Europa ese fue de los inviernos más fríos yo sentía que Roma me iba a acoger de la manera mas cálida, como si me diera un abrazo.

Llegué a Termini y ahí empezó a suceder, caminé con la mochila en la espalda y desde ese momento durante los siguiente 20 días no pude parar.

Mi meta más importante era observar, verlo todo, suspirar cada instante, no podía creer que estaba ahí a punto de tomar mi cámara y fotografiar todo, una parte de mi no podía creer que estaba a punto de ver cosas increíbles con las que soñaba desde hacía ya mucho tiempo.

Traté de recorrer toda Italia, desde sus costas hasta la Toscana, de sur a norte. La viví al día, la degusté en su comida y mi piel se erizó en los museos, llore viendo como el sol se escondía atrás del mar y no pude ser más feliz.
















Fujifilm Superia 200.
Parte 1.

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martes, 6 de noviembre de 2018

Islandia.

Después de un año de trabajo, una serie de eventos que no esperaba que la vida me presentara, el cambio repentino de proyecto laboral y unas ganas incontrolables de salir corriendo, tomé mi vuelo.
De nuevo ese sentimiento que había experimentado años atrás, me emocionaba la idea de volver a viajar sola, ahora más lejos y por mucho más tiempo.

Pretendía perderme 10 extraordinarios días en busca de auroras boreales en Islandía. La búsqueda no fue fácil y moverme por una isla nórdica en invierno yo sola y sin auto propio no fue como lo esperaba. Porque en realidad una parte de mi así lo deseaba o así lo necesitaba, tenia que enfrentarme a todos incluso a mi. Y , a la vez tenía que confiar en mi en lo que decidía, en lo que confiaba.

Mi principal objetivo fue fotografiar la isla y las auroras boreales que bailan sobre ella.
Desafortunada o afortunadamente las condiciones del clima solo me permitieron ver las nubes y sentir la ira de las tormentas de nieve, al menos tengo una excusa para volver.

Lo que encontré fue sorprendente.






Fujifilm Superia 200.
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domingo, 17 de septiembre de 2017

Buscando nieve en la Sierra Tarahumara.

Hacía ya mucho tiempo que anhelaba con toda el alma viajar a Chihuahua y es que buscando en internet los paisajes que tiene este grandioso estado, lo primero que quieres es verlo con tus propios ojos. Y es que como alguna vez leí, prefiero ver con mis propios ojos una sola vez un lugar que escuchar mil veces hablar de él. Y eso era lo que me pasaba con la Sierra Tarahumara.
Una amiga muy querida que comparte estas ganas locas de conocer el mundo conmigo, fue la responsable de este viaje.
Compramos los boletos de avión de Monterrey a Chihuahua y a las 5 am de un viernes estábamos sentadas en el aeropuerto esperando el avión que nos llevaría a esta belleza de lugar, sin ningún itinerario armado y con solo 1 noche de hospedaje nos aventuramos a conocer Chihuahua. Aterrizando, Chihuahua nos regalo un pequeño aeropuerto resguardado por unos cerros color café y 3° C en el termómetro, mi primera impresión fue estupenda y lo más lindo sin dudar fueron los chihuahuenses que a diferencia del clima de su ciudad, emanaban una calidadez humana y una amabilidad que me sorprendía. Al no tener ni la más mínima idea de como salir del aeropuerto nos acercamos a una mujer y amablemente ella nos dirigió a un guía de turistas que se ofreció a acercarnos a la terminal de autobuses ya que teníamos que llegar a Creel al medio día.
Después de tan amable aventón esperamos nuestro autobús en una pequeña estación mientras desayunabamos unos clásicos burritos chihuahuenses.

4 horas viajando hacía Creel viendo la maravillosa Sierra Tarahumara fueron la mejor introducción para saber que maravillas nos esperarían durante ese viaje. Creel nos recibió con un aire fresco y una hostes en "La Posada Santa Cruz"con un corazón mas grande que Chihuahua, inmediatamente nos platico de su vida en el hostel y de las cosas que podíamos hacer en Creel.


Lo bonito de Creel es su simplicidad y a su vez la majestuosidad que lo rodea, no hay ningún solo punto de este pueblo que se resista a ser fotografiado. Pasamos la tarde descubriendo lugares y la finalizamos en la terraza de un café tomando un capucchino y admirando el movimiento del lugar.
Al siguiente día después de desayunar no dirigimos a rentar bicicletas y conocer el circuito raramuri.
Sin conocer el camino que nos esperaba comenzamos a recorrer la serpenteante carretera con las vistas mas espectaculares de la Sierra Tarahumara, después de un par de fotos y de un gran esfuerzo físico, agotadas y muy sedientas llegamos al Lago Arareko. Lago rodeado de hermosos guardianes verdes que contrastaban con el azul de su agua, grupos de Tarahumaras que vendian recuerditos o pasaban el dia disfrutando la magestuosidad del lugar.


Decidimos continuar con nuestro recorrido para llegar al Valle de los Monjes, a punto de darnos por vencidas por la complejidad de el camino que atravesábamos y la gran distancia que teníamos que recorrer en bicicleta estuvimos a punto de abandonar la misión. La subida era difícil para hacerlo en bicicleta sumado a esto, la falta de condición de ambas y la nula cantidad de agua que teníamos hacia casi imposible continuar con nuestro recorrido. Bastante agotadas físicamente y sin ganas de continuar nos encontramos con una vista que nos motivo a seguir, nos detuvimos a descansar un rato y aproveché a tomar fotografías, momento clave para motivarnos a continuar, viendo la belleza de la naturaleza y pensando en que estábamos en rodeada de un maravilloso bosque, alenté a mi amiga a continuar con el recorrido. Después de muchos kilómetros nos encontramos en el Valle, lleno de gigantescas rocas acomodadas perfectamente por la madre naturaleza, rodeadas de tan perfecta obra de arte decidimos darnos la oportunidad de descansar rodeadas de ellas, el tiempo ahí paso lento, maravilladas de la perfección con que la naturaleza trabajó para crear este valle, despedimos al sol.








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lunes, 30 de enero de 2017

Rivera Maya en otoño.

A finales del mes de octubre mis mejores amigas de la preparatoria y yo decidimos ir a explorar la Rivera Maya en Quintana Roo. Tras haber visitado algunos lugares de este paraíso anteriormente, decidimos ir en un mood mucho más aventurero pero contrastantemente más relax, decidimos no hacer "lo típico" y en cambio planeamos hacer un road trip por algunos lugares.

Aterricé en el aeropuerto de Cancún y me trasladé a Playa del Carmen encontrándome con dos de mis amigas, aprovechamos ese día para comer, platicar, caminar por la "Quinta Avenida" y la playa. Una de mis mayores impresiones fue ver como el mar le ganaba terreno a la playa, había visitado Playa del Carmen unos años atrás y fue impactante ver como se había reducido varios metros el espacio para caminar a la orilla del mar. Quede muy sorprendida de ver como la naturaleza se encarga de recuperar su terreno sobre nosotros. Cuando cayó la tarde nos dirigimos a la casa donde nos estaríamos quedando todo el fin de semana, compramos cervezas y nos tomamos la libertar de platicar hasta caer dormidas.

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Al siguiente día nos dimos a la tarea de conocer una playa mucho menos concurrida que conectaba su agua con la de un cenote a escasos metros del mar, el día ahí transcurrio de la manera más agradable hasta que las nubes llenas de agua nos alcanzaron y después de bañarnos con una fresca lluvia decidimos quedarnos a contemplar a las gaviotas que posaban naturalemente para las fotos.

Instagram @Naichh

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Cuando cayó la tarde nos fuimos directo a la terminal de autobuses para recoger al resto de amigas que hacían falta. Fue bastante emocionante volver a estar juntas después de muchos meses de estar separadas, aprovechamos unos minutos para caminar por la Quinta y nos dirigimos a la casa donde nos estaríamos quedando, la noche del viernes nos regalamos una escapada a los night clubs de Playa del Carmen, era de esperar que esa noche no sería una salida tranquila como habíamos pensado y cuando volvimos a casa el sol ya estaba saliendo y estábamos tomando maletas para salir a conocer Bacalar. Después de 4 horas y muchísimo sueño nos curamos la resaca y llegamos a la hermosísima "Laguna de Bacalar", estuvimos contemplando la laguna en ""Los Aluxes" donde comimos y pasamos toda la tarde nadando en la laguna de 7 colores. En resumen Bacalar fue mágico.

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Nuestra siguiente parada fue Tulúm, no encontramos mejor manera de despedir el viaje y pasar el domingo que rentar una bicicleta para recorrer el pueblo de Tulúm, tomarle fotos a las ruinas y contemplar el azul turquesa de sus playas, encontramos comida maya a un precio muy económico y un sazón inolvidable, fue un día increíble y es difícil decir cual de los lugares que recorrimos se convirtió en mi favorito.

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Fue un viaje lleno de amor y tuve la oportunidad de redescubrir lo importante que son mis amigas en mi vida, además de admirar los paisajes llene mi álbum mental de recuerdos con personas que adoro. Debo admitir que en más de una ocasión la lluvia nos cayó encima y al contrario de lo que algunas personas piensan de ella, para mi es delicioso el momento cuando la naturaleza nos hace ver lo presente que esta en nuestras vida. Agradezco a mis amigas el hermoso viaje que realizamos y los momentos que dejamos en la Rivera Maya.

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martes, 16 de agosto de 2016

Road-trip Huasteca Potosina.

El fin de semana tocó road-trip, los disfruto siempre siempre porque viendo los paisajes y escuchando música el tiempo vuela de manera especial.

Durante este tiempo estaré haciendo viajes pequeños por mi país, antes de volver a aventurarme.
Tres de mis mejores amigas y yo emprendimos el viaje desde Monterrey en la noche hasta llegar aproximadamente a las 12 a Xilitla S.LP, durante ese trayecto nos detuvimos a desayunar comida de la Huasteca Potosina que debo decir que es delisiosísima y muy barata. Desayunamos por $40.



Al llegar a Xitlita rentamos una cabaña en el paseo de "Las Pozas" muy cerca del conocido "Jardín Surrealista de Edward James", nuestra primer parada y de las obligadas cuando viajas por la Huasteca, en resumen el Jardín es: magia. Fue uno de mis lugares favoritos, por la buena vibra que tiene este lugar, yo creo que estar escondido en medio de la naturaleza te obliga a tener esta buena onda que se siente.



Después de pasar la tarde en el pueblo mágico de Xilitla, hicimos amigos y tomamos cervezas en un bar, cantamos y contamos nuestras historias, ""La Casa Vieja" era su nombre. Al siguiente día nos dimos a la tarea de ir en autobús a conocer la cascada de Tamul y el Puente de Dios. A aproximadamente 4 horas de donde estábamos,después de bajar del autobús comenzó nuestra aventura haciendo dedo para llegar a nuestros destinos, pasamos la tarde relajándonos en unas cascadas bastante bonitas pero muy llenas de gente para mi gusto y después hicimos el cardio de nuestras vidas en el puente de dios, un cenote muy bonito en el nadar esta riquísimo. De regreso tomamos un taxi a la central y regresamos cansadísimas a Xilitla, una platicadita acompaña de cena y buena música y directo a la cama.



El ultimo día igual de cansado pero muy divertido conocimos la cascada de Tamasopo una parada súper recomendada y obligada que después de remar por un par de horas tienes la suerte de toparte con una cascada color turquesa que dan ganas de quedarte horas ahí para contemplarla, la mejor parte cuando vas regresando y otros viajeros te mojan con el agua del río, la mejor manera de refrescarte o al menos de aligerar la remada. En una parada exprés en el cenote y en las tienditas donde venden aguas de frutas y uno que otro snack. Después de las cascadas, la Cueva de las Golondrinas, lugar escondido entre la naturaleza y casa de miles de golondrinas que salen y entran cuando cae la noche para descansar.



De regreso a Monterrey estaba cansada y con ganas de dormir en mi cama un día entero, a pesar de el cansancio físico que sentía me quedé muy feliz de haber hecho ese viaje, compartí tiempo de calidad con mis amigas y confirmamos lo lindo que es viajar con personas que comparten el mismo justo de escaparse de vez en cuando de la ciudad. Para mi fortuna en los siguientes dos días de ese viaje, me invitaron a  un road trip más hacia  la playa donde nací y debo confesar que fue uno de los viajes que más he disfrutado hacia allá.


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martes, 21 de junio de 2016

Villa de Santiago: Un respiro del aire citadino.

Hace un par de semanas me tomé la libertad de viajar a las afueras de Monterrey para contemplar más de cerca las montañas.
La verdad que con 1 hora en coche propio, o 1:30 hrs, tomando un camión desde la central de autobuses en el centro de la ciudad, uno puede ir a explorar los paisajes mas bonitos del estado.
Si viajas en tu auto tomar la carretera nacional te llevará a descubrir Santiago, un lugar excelente para pasar tu domingo, lejos de la rutina de la ciudad.
Mi paseo comenzó en la cascada "Cola de Caballo", una maravilla que la naturaleza nos regalo para admirar y el acceso a el parque ecológico tiene un costo de $40 y lo más conveniente es llegar temprano si te gusta un poco la calma, pasando el medio día los tumultos de personas comienzan a llegar. De no llevar auto propio en la plaza de "El Cercado" una comunidad a unos minutos del centro de Santiago se encuentran unos caminoncitos que te suben y bajan de la cascada a la placita.

Instagram @Naichh
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Después de la cascada no pude dejar de explorar el pueblo, cuando llegamos la plaza principal de Villa de Santiago descubrimos el mirador, a pesar que el sol estaba a su máximo esplendor, no pude dejar de maravillarme con la vista, afortunadamente cada día que transcurre en mi vida viviendo en esta ciudad puedo maravillarme con las montañas y en el invierno las veo cubiertas de nieve algunas veces, debo confesar que vivo enamorada de Monterrey y todo lo que hay aquí, creo que a demás de descubrir lugares al rededor, disfruto cada paisaje que me regala la ciudad al trasladarme de un lugar a otro. La ciudad algunas veces suele ser un caos, pero un viaje expres  a sentir la naturaleza, también es un respiro al alma.




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lunes, 4 de abril de 2016

Francis.

Generalmente cuando escribo nunca lo hago de alguien más, pero hoy es diferente.
Hoy vengo a escribir de Francis.
Desde que volví de Perú, solo puedo pensar en escribir lo más lindo que se me venga a la mente, de quien sea que me haga feliz.
Y la verdad jamás había experimentado una felicidad como la que ese viaje me dio, no solo regresé más libre, regresé con muchas ganas de aprender más, de ver con mis propios ojos, de aprender algo nuevo de una persona, de una cultura, regresé más tolerante.
Y uno de mis momentos favoritos al viajar es conocer a alguien que te haga querer sacar lo más bonito que tiene la vida y yo la conocí, se llama Francis, es de Chile, es divorciada, tenia hijos, era mochilera desde hacia 20 años y tiene 70 años si no mal recuerdo.
¿Que era lo que hace a Francis tan especial?
Ser ella.

Llegó a la habitación que ya compartíamos 5 personas de diferentes lugares. Ese día habíamos llegado de recorrer el centro de Lima, estábamos emocionados por que esa noche habría una fiesta y teníamos unas ganas tremendas de bailar y tomar algo.
Planeamos ir a dar una caminada por Miraflores esa misma tarde para conocer algunas cosas importantes y cenar algo.

De pronto, abrió la puerta la nueva roomie, y con un saludo amable grito.
¡Hola chicos!
Se presentó con nosotros, justo recuerdo que estábamos aprendiendo algunas curiosidades de los países de donde veníamos y maravillandonos de lo diferentes que eran entre si.
Cuando ella llegó, inmediatamente comenzó a hablar y como sucede en estos viajes, de pronto conoces a alguien que jamas vas a olvidar, empezó a contarnos su vida y nuestra curiosidad nos hizo preguntarle.
¿Cuantos años tienes?
-70- respondió. -Llevo 20 años viajando.-

En ese momento los 4 prestamos atención de cada palabra que decía, la verdad eramos como unos niños aprendiendo del maestro, pero increíblemente ella aprendía de nosotros también.
Me preguntó como le decíamos a la cerveza en México y como decíamos cuando queríamos salir de fiesta. En ese momento supe que había algo especial en ella, lo debo confesar. Nuestro tiempo platicando paso volando y todo lo que decía nos tenia maravillados. Salimos todos a cenar, platicábamos de los viajes, de cuales serian nuestros siguientes destinos, que nos visitaríamos todos algún día.

Una cena muy peculiar de 10 soles por que no es buen viajero el que no se atreve a ahorrar lo mas que pueda para aventurarse un poco más.
De regreso al hostel me platico sobre el amor, que había conocido a un hombre y que le emocionaba verlo porque él vivía lejos de donde ella viva, que se sentía como un adolescente cuando hablaba con él. Que es lindo sentirse así, ahí supe que era una cursi como yo.

Al final, no nos acompaño a la fiesta, prefirió dormir, yo me despedí porque en la madrugada tendría que partir.

Nos dio un abrazo, nos dijo que había sido un placer conocernos.
Y nos dijo muy seriamente.
¡Salgan, conozcan al amor de sus vidas en el lugar que menos esperan!
Nos reímos y salimos a la fiesta.

Me gusta recordar esas partes de los viajes, esas memorias que no las tienes en fotografías, que nadie las puede ver, que son solo tuyas, que te hace feliz recordarlas.



"With age comes wisdom, with travel comes understanding".

Que lindo es viajar.


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